En Cantabria, resignados… y pasados por agua. Para que luego no digan que en Cantabria NO LLUEVE TANTO…

•septiembre 4, 2008 • Deja un comentario

 

El verano se acaba y el tiempo sigue dando la espalda, el mal tiempo continua. La esperanza de vislumbrar un pequeño rayo de sol, se ahoga en un indeseable verano que está dando mucho que hablar. Los días de playa, poco comunes este año, parecen un espejismo en medio de tanta lluvia. El sol es un deseo para todos. Más cuando, carentes de bronceado, los bañistas rezan por ver unos rayos. Basta con haberse asomado a las playas hace un año para percatarse de la ‘crueldad’ de estos atípicos meses que castigan a los turistas y habitantes de la región.

Playas desiertas, heladerías sin las kilométricas colas que se forman cuando la temperatura es calurosa, barcos turísticos vacíos en su planta destechada… Todo evoca al tiempo otoñal, a los últimos coletazos del verano, a la vuelta al trabajo y los estudios. Incluso en pleno agosto, el corazón y los pulmones del verano, las viseras se cambian por gorros de agua, las chanclas por botas y las camisetas si mangas por impermeables. En vez de empuñar la bolsa de playa, las manos agarran los paraguas. Esa es la tónica general, aunque es cierto que los más osados se desentienden de la lluvia y recurren al armario de ropa estival. Para dos meses de buen tiempo, pensarán algunos, hay que sacarle partido a esas chanclas de último modelo que compraron en mayo.

Los refranes dan respuesta absolutamente a todo. ‘No hay mal que por bien no venga’ podría ser el más adecuado para esta situación. Mientras muchos hosteleros acusan la vertiginosa caída de ventas, la ‘peregrinación’ hacia los centros comerciales es masiva. La autovía se colapsa por la socorrida ‘llamada’ de Valle Real, el Bahía de Santander y Carrefour; se convierten en un desfile de ansiosos compradores: la bonaerense Avenida de Córdoba o Manhattan en plena ‘shopping week’ a pequeña escala.

Los visitantes se topan con las nubes que descargan con furia el agua, se resignan, no les queda otra. Entonces otras actividades cobran más vida que cuando luce el sol, como los museos.

 

 

 

 

 

 

Uimpeando

•agosto 12, 2008 • 1 comentario

 

Termina el verano y para algunos, la actividad laboral. Esta última semana de agosto estoy en Santander, en el incomparable marco de la Peninsula de la Magdalena y que mejor bienvenida que las bodas de diamante de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menendez Pelayo.

 

Con un cóctel en el Palacio Real de la Magdalena al que acudieron personajes del mundo de la cultura, la empresa y la política de Cantabria, la UIMP dio por concluidas las celebraciones del 75 aniversario de su fundación.

 

Seminarios, ruedas de prensa, conciertos… La institución cultural con sede en Santander, en el palacio que fue residencia estival de Alfonso III y su familia, ha festejado su aniversario con un innovador programa que ha integrado mas de un centenar de actividades que, con calidad y variedad, han ofrecido propuestas que brindar.